El edificio había pasado por etapas muy diversas —construcción como cooperativa obrera en 1924, reforma en 1954, abandono en las décadas de 1980 y 1990, cooperativa okupa— y todas ellas habían ido dejando su impronta, de manera que la intervención para crear un nuevo centro de dramaturgia tuvo que hacer frente a la condición de palimpsesto que tenía el conjunto.

Situada en el barrio barcelonés de Poblenou, la nueva Sala Beckett se expresa a la calle con una austera fachada donde los elementos contemporáneos se suman, como una capa más, al palimpsesto de formas y materiales.

El proyecto se planteó con estrategias abiertas y capaces de incorporar las incertidumbres de la ruina tanto en su forma como en sus materiales. Se confeccionó así un catálogo de elementos, colores y acabados, formado por cada ventana, puerta, cenefa o detalle encontrado; un catálogo que dio pie a una solución respetuosa con el carácter que el paso del tiempo le había dado al edificio, y en la que lo nuevo contrasta y a un tiempo dialoga con lo preexistente.

La única intervención de calado fue la apertura de un atrio vertical situado junto a las circulaciones, que ocupa por completo la sección e inunda el interior con la abundante luz requerida por el nuevo uso del edificio.