Viviendas de luz y sombra
Casas de/en/por/para el cine
La vivienda personalizada es, para una inmensa gran parte de la humanidad, una pura utopía. Y, sin embargo, las arquitecturas efímeras de Hollywood han divulgado el poder evocador del lenguaje arquitectónico mediante unas enfáticas composiciones que revelan un nexo indisoluble entre unas formas y una determinada condición moral. Juan Antonio Ramírez apunta las consecuencias de este fenómeno caracterizado por la transposición de la arquitectura de los sets a la propia cultura arquitectónica que, por esta vez, ha encontrado su trasunto en la cultura de masas.
La casa se ha definido muchas veces como una segunda piel. Durante siglos los hombres han nacido en ella y entre sus paredes han crecido, sufrido o amado. La casa tradicional era también el lugar de la muerte e, incluso, el único ≪memorial≫ al alcance de la mayoría: los retratos del difunto y sus objetos permanecían casi siempre como monumentos permanentes del antiguo poseedor. Cada nuevo morador entablaba un dialogo complejo con la vivienda heredada, iniciándose un arduo proceso de readaptación. La arquitectura moderna, en cambio, favoreció una concepción impersonal y normalizada. Las ≪máquinas para vivir≫ se concebían para habitantes medios ideales, con unas necesidades uniformes, colmables mediante la fabricación en serie…[+]