En el municipio madrileño de Rivas Vaciamadrid se ha consagrado el centro parroquial de Santa Mónica, obra de Ignacio Vicens y José Antonio Ramos cuyo volumen expresionista en acero cortén contrasta subversivamente con el continuo de unifamiliares que la rodea. De planta alargada y direccional —a pesar del deseo de los autores, que elaboraron dos proyectos previos, desestimados por el obispado de Alcalá de Henares—, la iglesia ocupa una parcela difícil por su estrechez, donada por la familia Corsini. La parroquia ha sido escogida por la revista de tendencias Wallpaper* como ‘mejor iglesia de 2008’, pues tras su exuberante frontal ofrece un interior sereno, litúrgicamente impecable, en el que brillan notables piezas de arte sacro como el escueto crucifijo de bronce del académico de Bellas Artes José Luis Sánchez, la pintura abstracta de la Creación en la capilla del Santísimo de José Manuel Ciria, o las esculturas figurativas del joven videoartista Javier Vivier flotando en un retablo de luz y pan de oro.
