LC Foto presenta por primera vez un estudio exclusivo y detallado sobre la explícita labor como fotógrafo del maestro moderno, completando lo que una publicación previa (Le Corbusier and the Power of Photography, 2012) había ya tratado en un sentido amplio.
A pesar del contradictorio recelo mostrado por Le Corbusier hacia el medio, no parece, tal y como demuestra la investigación de Benton, que la fotografía fuera una herramienta despreciable para él, al menos en dos claras etapas de su biografía. La primera de ellas, entre 1906 y 1921, corresponde a las fotografías tomadas en sus viajes por Europa y Oriente, analizadas ahora bajo una nueva perspectiva crítica y documental. Mediante la adquisición de 3 cámaras distintas, hay en esos años un intento de conseguir —como atestiguan las más de 500 imágenes conservadas— una cierta calidad profesional próxima al pictorialismo fruto de un innegable empeño personal de tiempo y dinero.
La compra en 1936 de una cámara cinematográfica de 16 mm da paso a una segunda etapa de experimentación que se prolonga por 3 años, hasta su abandono definitivo. Se trata de 120 secuencias de película y 6.000 fotogramas fijos —un material inédito hasta el momento y que el propio Le Corbusier nunca positivó— cercanos a la nueva visión de las vanguardias.
De la mano de la exquisita y minuciosa investigación del autor el libro nos introduce en el privado universo visual del arquitecto y nos permite degustar en sucesivos álbumes los valores estilísticos, estéticos y formales de esas fotografías. El aura de su ahora esclarecida autoría y el conocimiento de las cámaras y la técnica empleadas serían casi irrelevantes frente a la constatación, una vez más y al margen de su notoria mediocridad técnica, de la irrebatible capacidad de la mirada fotográfica como instrumento documental, biográfico, analítico, perceptivo y expresivo al servicio del arquitecto.