No se puede abordar el tema de la fotografía de arquitectura sin indagar en las relaciones entre arquitectos y fotógrafos: los primeros condicionan y dirigen la mirada del retratista; los segundos imponen y seducen al arquitecto con determinados lenguajes visuales. El Movimiento Moderno precipitó la irrupción del fotógrafo de arquitectura como agente necesario para arbitrar la voluntad mediática y divulgadora de la obra por parte del arquitecto y los medios de difusión disciplinar. Todos los prohombres de la modernidad confiaron la plasmación visual de su obra a un determinado fotógrafo, extendiéndose esta complicidad hasta nuestros días. Estas relaciones han sido y son tan cruciales que resultaron determinantes en la recepción y asimilación de la arquitectura moderna. Por poner sólo unos ejemplos de tantos posibles, la icónica Casa Kaufmann de Palm Springs puede llegar a tener más trascendencia por la mítica fotografía realizada al anochecer por Julius Shulman que contextualizada en el conjunto de la trayectoria de Richard Neutra, al igual que el Mies de Chicago es icónicamente suplantado por las conspicuas fotografías de su obra realizadas por Ezra Stoller o Hedrich-Blessing...