Libros 

Un Führer americano

Philip Johnson, a Biography

Luis Fernández-Galiano 
28/02/2019


¿Debe el biógrafo respetar a su biografiado? No necesariamente, pero incluso en los libros sobre criminales en serie los autores intentan penetrar bajo la piel de sus protagonistas. Tal cosa no sucede en la biografía de Philip Johnson publicada por Mark Lamster, un escritor que antes se ocupó del pintor Rubens y del jugador de béisbol Spalding, y que aquí manifiesta una hostilidad hacia el arquitecto que se extiende hasta los pies de foto. Lamster, que no llegó a conocer a Johnson, ha hablado con muchos que sí lo hicieron, y especialmente con John Manley, su mano derecha en el estudio durante más de medio siglo, y con Robert Melik Finkle, con quien mantuvo durante dos décadas una relación sentimental. El resultado de estas conversaciones y de la documentación consultada es un relato minucioso de la vida personal y profesional del gran ‘padrino’ de la arquitectura estadounidense, que al extenderse de 1906 a 2005 se identifica inevitablemente con el siglo americano: un periodo que Lamster presenta con tintas sombrías, desde la etapa pro-nazi de Johnson hasta sus colaboraciones postreras con Trump.

El título de esta nota es también el del capítulo séptimo del libro, donde el arquitecto aparece como «un líder político fascista virulentamente antisemítico, un potencial Hitler americano, y un agente de la Alemania nazi», y donde su relación con el político populista Huey Long y el polémico sacerdote Charles Laughlin se enreda con sus vínculos ideológicos y personales con los líderes germanos. Diez capítulos después, la biografía se cierra con el grotesco colofón de sus trabajos para el entonces promotor inmobiliario Donald Trump, una etapa poco conocida de su carrera que la posterior llegada del empresario a la Casa Blanca obliga a contemplar bajo otra luz.

Entre los años de Hitler y los de Trump quedan su promoción en Estados Unidos de la modernidad con Mies, de la postmodernidad con Venturi y de la deconstrucción con Gehry y Eisenman, movimientos arquitectónicos todos ellos que irían configurando su propia obra: desde la Glass House en 1948, el Sculpture Garden del MoMA en 1953, o el Four Season’s Restaurant del Seagram en 1958 hasta la Pennzoil Place de Houston en 1976, el AT&T de Nueva York en 1994 o las torres KIO de Madrid en 1996 —rascacielos sucesivamente modernos, postmodernos y deconstructivos—, una producción prolija en la que también merecen destacarse los edificios contenidos de los años sesenta, la elegante Roofless Cathedral de 1960, la exquisita galería de Dumbarton Oaks de 1963 o la escultórica Kline Biology Tower de 1965, década esta en la que también se manifestaría con Jane Jacobs para defender Penn Station o propondría para la después llamada Roosevelt Island un admirable plan urbano influido por las ideas de la mítica activista. Paradójica y controvertida, la biografía de Johnson —que resumió arquitectónicamente en el conjunto de pabellones de la finca de New Canaan— difícilmente puede apocoparse en una vasija vacía, como hace Lamster.

Los interesados en conocerla quizá harían mejor leyendo la que publicó Franz Schulze, también biógrafo de Mies, en 1994, o el libro de 2008 que recoge sus conversaciones con Bob Stern. En ambas obras se apoya el actual autor, pero no es fácil advertir su deuda, porque las referencias no se han reflejado adecuadamente en el índice alfabético. Lamster describe a Schulze como ‘a fastidious German-born architectural historian’, y trata su biografía de forma displicente, pero me pregunto si la meticulosidad y la perspectiva del historiador no habría contribuido a un tratamiento más poliédrico de la figura colosal y contradictoria de Johnson. 


Libros reseñados:

The Man in the Glass House

Philip Johnson, Architect of the Modern Century

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