Reflexionar, en unas pocas palabras, sobre nuestra experiencia de trabajo en China obliga a dar una visión personal y sesgada de lo acontecido, y por ello no supone un ejemplo genérico de la situación del trabajo en este país, más bien lo contrario. Por lo que hemos visto, cada encargo supone una experiencia diferente e irrepetible que depende de la complejidad de las variables y acontecimientos que le afectan —desde el momento, la ciudad, el lugar o el tipo de cliente, hasta una comida a tiempo , y que determinan un devenir incierto y totalmente singular.
Lejos de dar una visión panorámica, ésta quiere ser una mirada puntual y retrospectiva —en ocasiones quizá detallista— de nuestra actividad en China, centrada en el área de Shanghai, durante estos últimos tres años y a lo largo de la realización de seis proyectos de diferentes características.
Detectar en cada momento qué variables confluyen en nuestro trabajo y afectan al proyecto, y cómo darles una respuesta eficaz ha sido la base y la preocupación inicial de nuestro esfuerzo. Esta posibilidad de trabajar en China, no forzada ni planteada a priori —ya que surge por la invitación en diciembre del año 2000 a un concurso para un barrio en Shanghai— ha supuesto una transformación de muchas de nuestras ideas de más de veinte años de actividad académica y profesional, y ha reforzado y evidenciado muchas otras... [+]