Herzog y de Meuron
Se conocieron en la escuela primaria, estudiaron juntos arquitectura y comparten desde 1978 estudio en su ciudad natal, Basilea, desde el que han propuesto algunas de las obras más influyentes de las últimas décadas, como la cabina ferroviaria de Ba-silea, la serie de edificios para Ricola o las bodegas Dominus. En las biografías paralelas de Jacques Herzog y Pierre de Meuron figura ya el norteamericano premio Pritzker, el galardón profesional más prestigioso y mejor dotado económicamente. Esta sanción a una trayectoria que se inició bajo el magisterio de Aldo Rossi y Joseph Beuys coincide con la etapa más internacional del estudio; además de culminar la transformación de una central eléctrica junto al Támesis en la nueva Tate Modern de Londres, están construyendo en Estados Unidos, Japón y Europa. Monticello, la mansión en Charlottesville (Virginia) proyectada por el arquitecto y presidente Thomas Jefferson, uno de los padres fundadores de la arquitectura norteamericana, fue el lugar elegido para entregar el premio a los suizos; su obra de intensa materialidad, más atenta a argumentos intelectuales que a razones estilísticas, ha llegado a representar el conjunto de la producción helvética