Parte imprescindible de nuestra historia, el jardín clásico español ha sido excluido a menudo de los análisis arquitectónicos a que sí se han sometido los edificios que lo acompañan. Este libro de Alberto Sanz sondea este patrimonio como un género arquitectónico más, identificando tipos, estableciendo directrices compositivas y rastreando la situación del jardín clásico español dentro de las corrientes europeas del Renacimiento, el Barroco y el Neoclasicismo. Su autor revela cómo el jardín español se vio enriquecido por la tradición hispanomusulmana en su utilización del patio como célula, en la organización de conjuntos trabados y asimétricos, en la articulación quebrada de sus distintos ámbitos y en el empleo de elementos arquitectónicos ligeros como los ánditos y torreones. Sus cualidades espaciales adquirieron además una nueva dimensión con la ambición de formar una red de espacios verdes en la que los Sitios Reales fueron complementados con pequeños conjuntos satélites que plasmaban el poder real. Desde un análisis riguroso que abarca todas las escalas, el texto y sus dibujos exponen las estrategias que facilitaron la adaptación de estos jardines a un medio hostil como era el paisaje ibérico, con su orografía movida y su escasez hidrográfica, proponiendo un catálogo de herramientas útiles para abordar el proyecto de esos nuevos paisajes que integrarán de forma perenne nuestro patrimonio futuro.