Pasado imperfecto: transparencias del Reichstag
Tras la caída del muro de Berlín en1989, el proceso de reunificación alemán situó de nuevo allí la capital. El viejo Reichstag (un torpe edificio del siglo XIX dañado durante la guerra, y apenas usado desde entonces, asociado como estaba a lo peor de la historia alemana) volvería a acoger el Parlamento, y en 1992 se convocó un concurso para adaptarlo a este renacimiento democrático. Foster ganó con un gran palio textil que protegía el edificio existente, localizando en un podio la mayor parte de los usos; una reducción posterior del programa obligó a prescindir del podio y el palio, dejando sólo una de sus piezas lenticulares como cubierta translúcida de la sala de plenos; y la versión final sustituía la lenteja por una cúpula de vidrio (exteriormente similar a la cubierta transparente original) que ilumina la sala y extrae el aire a través de un espectacular embudo de espejos, y que también sirve como mirador público, situando simbólicamente a los ciudadanos por encima de sus representantes. Inaugurado en 1999, el edificio es ejemplar en su sensibilidad democrática y ecológica; pero merece ante todo admiración por su construcción lacónica, que integra sin esfuerzo obras de arte contemporáneo y deja a la vista (graffiti soviéticos incluidos) las cicatrices pedagógicas de la historia alemana...[+]