Megamorfosis: Piano vs. Koolhaas

Luis Fernández-Galiano   /  Fuente:  Arquitectura Viva 39
01/01/2017


Le Corbusier llega a Nueva York y juzga sus rascacielos pequeños. Rem Koolhaas construye en Lille un palacio de congresos de casi un millón de metros cúbicos y subraya que tiene sólo una octava parte del volumen del edificio mayor del mundo; y haría falta el hormigón de 100 Congrexpos para replicar la mayor de las pirámides de Guiza. Así que escribe un libro: S, M, L, XL (small, medium, large, extralarge) sobre el tamaño de la arquitectura. Está claro que a él le interesa sobre todo la talla XL, de manera que la elige para el libro: 1.400 páginas.

El autor de Delirious New York extiende su elogio del rascacielos americano a todos los edificios de grandes dimensiones, que han hecho su entrada en Europa durante la segunda mitad de los ochenta: la gran escala trasciende la arquitectura, hace inútiles sus herramientas, y configura un dominio amoral en el cual el impacto no depende de la calidad; la gran escala no se relaciona con la ciudad, porque la sustituye; pero la gran escala, con su diseño anónimo y plural, con sus espacios indefinidos y promiscuos, y con la coexistencia y contaminación de sus actividades, resulta ser el último refugio de lo colectivo; el último bastión de la arquitectura en un mundo del que ésta «habrá sido raspada como la pintura en los cuadros de Richter»...[+]


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