El estilo desinhibido y formalista del francés Rudy Ricciotti ha adoptado en su propuesta ganadora para la nueva Sala de Músicas Actuales (SMAC) que se construirá en Metz, la forma de una caja de música.
Aceptando las condiciones urbanísticas del planeamiento, el volumen paralelepipédico y ligeramente dislocado del edificio, acoge de una manera unitaria todo el programa, formado por un auditorio, un restaurante y un centro multimedia. Este volumen se envuelve con una piel perforada azarosamente por aberturas de distintos tamaños que sirven a la vez para iluminar los espacios interiores y para vincular visualmente al auditorio —un pieza tradicionalmente hermética en este tipo de edificios— con el espacio urbano exterior. El aislamiento tipológico se resuelve, de este modo, mediante un manierismo plástico que contrasta con el entorno cartesiano y funcionalista que lo circunda.