Actualidad 

Nouvel contra Nouvel

La Philharmonie de París

28/02/2015


Después de siete años de obras y retrasos, y de que el Estado francés se gastase 386 millones de euros en lugar de los 200 presupuestados, la Philharmonie de París era una obra tan esperada como mirada con lupa. Por eso no extraña que su inauguración a mediados de enero tuviera un carácter más bien agridulce. A ello contribuyó, por un lado, que sus puertas se abriesen a los parisinos cuando todavía estaba presente en la atmósfera la consternación por la masacre del Charlie Hebdo, y, por el otro, la sonada ausencia del autor del edificio, Jean Nouvel, que aprovechó la ocasión para lanzar una andanada de reproches a la Administración el mismo día que François Hollande cortaba la cinta. En una ofensiva mediática cuyas pinzas fueron el diario Le Monde y su propia cuenta de Twitter, Nouvel denunció que la inauguración había sido precoz, apoyándose en la autoridad del gran inspirador del proyecto, Pierre Boulez, quien ya había declarado que era necesario «rodar bien la sala» antes de que pudiera ponerse en marcha.

Lo cierto es que la sala, probada con éxito por la Orquesta de París, parece tener una de las mejores acústicas del mundo, por lo que es lícito pensar que la andanada de Nouvel se explica más por las presiones que dice haber sufrido durante la ejecución del proyecto; presiones que se tradujeron en su exclusión progresiva de la dirección de la obra y se materializaron en el «sabotaje de los detalles» de un edificio que, con todo, Nouvel considera «el proyecto cultural francés más importante de este inicio de siglo».


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