«Como un breve fulgor que se deshace, la historia personal y el sentido profundo de la crisis de la arquitectura parecen correr en paralelo en una biografía que retrata de forma cruda el agotamiento de la vanguardia y del proyecto moderno.» En su prólogo a este trabajo italiano, fruto de una tesis dirigida por él mismo y Carlo Olmo, el malogrado Ignasi de Solà-Morales explica los porqués de quien fue, a pesar de su vasta cultura, su vocación cosmopolita y sus dotes pedagógicas, un outsider. En la España de posguerra y en la encrucijada arquitectónica de superar la modernidad a través de un impreciso organicismo, Josep María Sostres fue uno de los tantos intelectuales que vivieron en permanente estado de perplejidad; y el estupor le condujo a la automarginación como forma de disidencia. Con este libro, al igual que con la exposición que le dedicó el Colegio de Arquitectos de Cataluña en 1999, Sostres está recibiendo un reconocimiento que no tuvo en vida. Y otra vez se puede recurrir a las palabras de Solá-Morales: «Sostres, tal vez como Carlo Mollino, Emile Aillaud, Aldo van Eyck y una lista que podría alargarse bastante más, son piezas que no acaban de cuadrar en el relato de lo que hemos llamado la arquitectura moderna. Éste es su máximo interés y lo que proporciona hoy una nueva capacidad de estímulo y sorpresa».