Jeanneret en La Chaux-de-Fonds

Los años de formación

H. Allen Brooks 
01/01/1987


El aprendizaje del joven Jeanneret fue tan azaroso —tan falto de una programación sistemática— que parece más propio de un muchacho inquieto del siglo pasado que de un arquitecto moderno. Sólo muy tardíamente se avino a estudiar los problemas de la técnica y, aun así, prolongó al máximo esa etapa de su formación consistente sobre todo en los viajes, en la fascinación de la cultura. Allen Brooks propone un recorrido a través de una etapa poco conocida y sin duda cargada de responsabilidad en lo tocante al desarrollo ulterior de quien iniciaría su vida pública rebautizándose con un nuevo nombre y pretendiendo hacer tabula rasa.

Quienes leen la Oeuvre complète de Le Corbusier, a menudo no se dan cuenta de que los primeros dieciséis años de su obra construida están excluidos del texto. Sólo queda una impresión: la de un joven diseñador que no necesitó un largo aprendizaje en su juventud. Tenemos la sensación de que, recién salido de la escuela de artes aplicadas y vuelto de sus viajes por el continente, llegó a París, en donde, después de participar en el Salon d’Automne de 1922, obtuvo sus primeros encargos: el estudio y villa de Ozenfant en Vaucresson. Pero en realidad ya había practicado la arquitectura durante muchos años y no era precisamente un jovencito; a los treinta y cinco años estaba más bien acercándose a la madurez...[+]


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