Gran naranja blanda
La arquitectura holandesa ha alcanzado a finales del siglo XX un relieve similar al que tenía a principios de siglo y, lo que es quizá más importante, es responsable de haber desarrollado un nuevo enfoque de la modernidad contemporánea, como lo fue de iniciar el periodo heroico de la arquitectura moderna. Tras la emergencia de Rem Koolhaas como uno de los arquitectos más influyentes del mundo, hoy en día toda una hueste de jóvenes estudios holandeses están atrayendo también la atención mundial. Al igual que Rem Koolhaas, todos estos estudios están interesados en lo GRANDE. Se centran, sin embargo, no en los edificios grandes —aunque están sin duda fascinados por su potencial—, sino en las posibilidades que ofrece la explotación del renovado interés por lo cuantitativo presente en los Países Bajos y en todo el mundo. Como resultado del Vinex, el Cuarto Informe sobre Planificación Física en los Países Bajos, el gobierno holandés ha impulsado la construcción de 1.100.000 nuevas viviendas de aquí al 2005. Esto es cuantitativamente equivalente a la totalidad del esfuerzo posbélico de reconstrucción de Holanda. Un giro tal hacia lo grande ha generado en aquel país la necesidad de desarrollar un nuevo enfoque profesional. Entre estos estudios holandeses, por ejemplo, ha menguado el énfasis en el tipo de formalización estetizante que dominó la arquitectura de los años ochenta y principios de los noventa, aumentado el interés por el análisis y la manipulación de procesos, lógicas y códigos materiales e inmateriales. Lo cierto es que la creciente importancia de la planificación y la configuración de escenarios, así como de otros mecanismos temporales de direccionamiento, señalan el surgimiento de un enfoque BLANDO de la práctica arquitectónica compartido por los cuatro estudios jóvenes elegidos como muestra representativa...[+]