(1927-1999)

Las complicaciones derivadas de una intervención quirúrgica menor pusieron fin el 16 de agosto a la vida deTon Alberts, el arquitecto holandés cuya biografía fue consecuente con el «coraje para soñar» que reclamaba de todos. Ese lema es una exhortación a la vida también presente en su arquitectura, que trató de hacer más humana y más ecológica. En 1989 terminó la sede del ING Bank en Amsterdam, que materializó con un lenguaje expresionista próximo al del Goetheanum del constructor y teósofo Rudolf Steiner. Las diez torres cerámicas inclinadas de este conjunto de oficinas apuntan al cielo con una geometría tortuosa determinada por la acústica y el recorrido del sol; pero quizá lo más significativo de la obra sea el contacto frecuente e intenso que el arquitecto tuvo con los futuros usuarios incluso antes de empezar a dibujar, convirtiendo el proyecto en un modelo de arquitectura participativa y democrática. Su edificio para la compañía Gas Unie HQ (1994), levantado en el paisaje horizontal del pólder norte, lo planteó como una crítica al exceso de racionalización de los edificios contemporáneos y como una reivindicación de la intuición, la emoción y la fantasía en el proceso del proyecto.