Si alguien no lo remedia, las bocas para acceder a los espacios subterráneos pueden provocar que se perpetúen edículos y juguetes arquitectónicos que aparecieron en la plaza al iniciarse las obras.
Acababa el año y la prensa, también este diario, se hizo eco del estudio que el Ayuntamiento de Barcelona había encargado para pensar a qué usos destinar los espacios subterráneos de la plaza de las Glòries aparecidos a lo largo del trazado de los túneles que unen los dos extremos de la Gran Vía. Estos espacios, cuatro en total, por cuestiones del trazado y las rasantes quedan más próximos a la superficie del parque que el túnel, con lo que no resulta descabellado darles un acceso y por tanto un uso. Parece que el más pequeño, 800 m2, se piensa destinar a aparcamiento de bicicletas, dada la vocación de conector de transporte que tiene este emplazamiento. Debo decir que la noticia me pareció una buena noticia, pero creo que muestra algunos claroscuros que dan lugar a estos apuntes...
El País: Glòries, apuntes del subsuelo