Las tensiones por el acceso al agua o la energía aumentarán a medida que las ciudades tengan necesidades que superen su capacidad de producción territorial. El conflicto es inevitable. Y el desastre. A menos que cambiemos radicalmente la forma de construir. Y África debe ser el escenario de esta reinvención.
Las consecuencias del cambio climático, la presión demográfica y la urbanización galopante no nos dejan otra opción: África debe ser el escenario de la reinvención de la ciudad en el siglo XXI. Y para ello, es urgente que vuelva a ser un laboratorio de experimentación arquitectónica y urbana, con mayor legitimidad hoy pues no sería ya, como en el pasado, un laboratorio colonial.
Por el contrario, es necesario recurrir a lo que África es capaz de proponer al mundo, a través de modos de organización, de gestión tradicional de los recursos o de utilización de materiales que han caído en el olvido. La experimentación es, por ejemplo, la razón de ser del Pabellón de Marruecos en la Exposición Universal de Dubái 2020. Hecho de tierra cruda, el edificio llega a los 34 metros, una altura sin precedentes para este tipo de construcción. Más duradera que el hormigón, la tierra cruda, material africano por excelencia, también permite prescindir del aire acondicionado en uno de los lugares más calurosos del planeta...
El País: Es en África donde podemos aprender a ser nómadas de nuevo y no refugiados