Aunque se considere parte del pasado glorioso de la segunda modernidad, el Atelier 5 aún existe y produce, fiel al espíritu colectivo y a la vocación anónima fundacionales. Para Friedrich Achleitner, autor de la introducción de esta monografía, el papel que ha jugado el estudio está aún por determinar porque los análisis historiográficos dejan de lado todo lo que no pueda verse ‘bajo el prisma del autor’.
En 1955, Erwin Fritz, Samuel Gerber, Rolf Hesterberg, Hans Hostettler y Alfredo Pini fundaron el Atelier 5. El más joven de ellos tenía 23 años y el mayor apenas 30. En 1961 se terminó la primera y mejor obra del taller, la Siedlung Halen a las afueras de Berna, y en 1963 se vendió la última de sus 79 viviendas. Desde entonces han transcurrido cuatro décadas de coherencia en los propósitos —en palabras de Grette Schütte-Lihotzky, «dejar el mundo como un lugar mejor»—, de continuidad formal corbuseriana y de trabajo ‘especializado’ en viviendas, hospitales, centros educativos y planeamiento urbano, amén de obras como la ampliación del Museo de Arte de Berna.
Para Kenneth Frampton, Halen es algo más que una ‘villa mediterránea’; es la celebración del espacio común, un enclave moderno y arcaico al tiempo. Esa polis en miniatura permanece hoy intacta para proclamar que es en su dimensión social donde la arquitectura adquiere todo su sentido.