Diálogos con la historia

Sebastian Redecke 
31/12/2018


El 14 de septiembre de 2018 tuvo lugar, en la obra en marcha de la Neue Nationalgalerie de Mies van der Rohe, la celebración del cincuenta aniversario del edificio berlinés. El museo ha estado cerrado desde 2015, y lo seguirá estando por reformas hasta 2020. La impresión que producen los trabajos resulta abrumadora. El encargo de la rehabilitación integral y actualización de este icono de la modernidad, obra por antonomasia de la carrera de Mies, se adjudicó al estudio de David Chipperfield. Los arquitectos han ordenado desmontar cuidadosamente el revestimiento histórico y el acondicionamiento interior después de haberse documentado ampliamente en los archivos y de haber realizado un cuidadoso inventario; todo ello de acuerdo a unas intervenciones de rehabilitación y mejora que, sin embargo, resultarán casi invisibles cuando finalicen los trabajos. ¡Un gran reto! Sólo en la fase de desmontaje, se han identificado mediante etiquetas, documentado en planos, apilado en grandes estantes en un almacén a las afueras de Berlín y gestionado a través de una base de datos nada menos que 30.000 piezas del edificio original.

La renovación de la fachada resulta de especial interés. Construida con acero y vidrio, la envoltura de la Neue Nationalgalerie presentó desde el principio defectos graves, que ahora se van a corregir, sobre todo la rotura de vidrios y las intensas condensaciones producidas en la cara interior de la fachada. La causa de las mismas era el tipo de construcción desarrollado, a base de paneles de vidrio de gran formato y sin cámara de aire, fijados a montantes y travesaños hechos con perfiles macizos de acero, sin rotura de puente térmico. Ya en la década de 1960, cuando se levantó el edificio, la tecnología de la fachada resultaba un tanto anacrónica, pero Mies optó deliberadamente por ella debido a razones estéticas. Algunos de los edificios que se estaban construyendo justo por aquellos años en los Estados Unidos ya estaban dotados de paneles con aislamiento y perfiles con cierta rotura de puente térmico. A ello debe añadirse que la fachada, tal y como se construyó originalmente, no resultaba adecuada debido a las deformaciones producidas por los cambios de temperatura y la acción del viento, que en efecto podían llegar a romper los vidrios...


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