A partir de la II Guerra Mundial comenzaron a construirse estructuras móviles que, en un primer momento, se plantearon como transportables. Si se estudia el trabajo de dos de los personajes más importantes a ese respecto —Buckminster Fuller y Emilio Pérez Piñero—, se entiende que su objetivo fueron las estructuras de barras de acero, con forma de cúpulas o de forjados planos, cuya elección se debía a la búsqueda de la mayor ligereza posible.

Las disposiciones en que se basaban estas experiencias —las triangulaciones de barras de acero— tuvieron un gran desarrollo con la aparición de las cerchas metálicas a partir de la década de 1830. Se trata de construcciones en las que los elementos trabajan sólo a compresión o a tracción y se evitan los esfuerzos flectores. En 1851, Johann Wilhelm Schwedler patentó sus cúpulas trianguladas y, cuarenta años después, August Föppl construyó sus «cerchas espaciales» en un mercado de Leipzig. Con ello, las primeras estructuras, diseñadas y calculadas como sistemas planos, fueron poco a poco conquistando la tridimensionalidad...