La obligación de los musulmanes de viajar a La Meca al menos una vez en la vida —siempre que sus recursos lo permitan— hacen del lugar santo del Islam una de las ciudades más congestionadas del mundo. Para atenuar los graves problemas de alojamiento a los que debe hacer frente el peregrino —en este caso, el peregrino adinerado—, la compañía Jabal Omar Development convocó un concurso para construir un gran complejo de usos mixtos cuya parte del león será un hotel y apartamentos de lujo, y que acaba de ser adjudicado a Foster + Partners. Situado en el eje principal de la ciudad, entre la mezquita Masjid al-Haram —la más grande del mundo y que cobija la Kaaba— y la estación del tren de alta velocidad Haramain, el complejo se escalona para favorecer las vistas sobre la ‘piedra santa’, y su altura va creciendo desde un zócalo con zonas comunes y comerciales hasta un manojo de esbeltísimas torres con hoteles y apartamentos. Como otros anteriores de Foster en el mundo islámico, el proyecto se inspira en la arquitectura tradicional, aunque su característica más llamativa no sea estilística sino económica, pues su presupuesto ronda los 1.500 millones de dólares.