Libros 

Cinco aspectos del paisaje contemporáneo

Javier Maderuelo 
31/12/2005


Una vez desacreditado el urbanismo como disciplina del planeamiento y liberado el territorio del corsé de una ordenación dirigida desde la burocracia estatal, la palabra paisaje ha resultado ser una especie de talismán que es necesario utilizar como signo de distinción y calidad en cualquier promoción arquitectónica. Tras varias décadas de negación del paisaje y sus valores en aras de la modernización maquinista, del subjetivismo psicologista y de la eficacia funcional, desde finales de los 60 se viene detectando un interés creciente por el paisaje y sus derivaciones que surge desde ámbitos tan dispares y contrapuestos como el diletantismo artístico, la militancia ecologista, las normativas legales y el glamour que el marchamo de ‘calidad ambiental’ proporciona a cualquier iniciativa. Todos estos intereses, entretejidos con teorías filosóficas, beneficios económicos y reivindicaciones nacionalistas han dado origen a una enorme cantidad de textos teóricos, técnicos o de mera difusión que están tardando en ser traducidos y difundidos en español.

En este contexto de orfandad, la editorial Gustavo Gili comenzó a publicar en 2002 una colección de libros de bolsillo bajo el título Land&ScapeSeries, que ya ha llegado a su quinta entrega. La colección, que parece tener una buena acogida, aprovecha el vacío editorial que existe en España, pero no colma la carencia que padecemos en castellano, ya que se sitúa en un territorio marginal dentro de las publicaciones sobre paisaje.

El primero de los libros aparecidos, Walkscapes. El andar como práctica estética, de Francesco Careri, es un ensayo bien trabado que trata sobre el paseo como ejercicio cognitivo del paisaje. En él se analizan estas prácticas en momentos como la prehistoria, el dadaísmo, el situacionismo y el land art. Como despieces del discurso principal, aparecen imágenes de obras, brevemente comentadas, y fragmentos de textos, a modo de pequeña antología de referencias, lo que es una característica de la colección.

El segundo de los libros, titulado Waterscapes. El tratamiento de aguas residuales mediante sistemas vegetales, está firmado por Hélène Izembart y Bertrand Le Boudec. Con este título la editorial parece querer dar a entender que la temática de la colección será amplia y variada. Efectivamente, este libro, próximo a los planteamientos medio-ambientalistas, está dedicado a la calidad del agua y, más concretamente, a su tratamiento con plantas macrofitas, como carrizos y juncos. Sin embargo, no es un libro técnico. Tras explicar muy someramente cómo funciona este tipo de depuración de aguas residuales, los autores recurren a una descripción muy breve, en forma de fichas, de 28 proyectos y realizaciones.

Artscapes. El arte como aproximación al paisaje contemporáneo, de Luca Galofaro, alterna la estructura ensayística con la descripción de obras de arte y arquitectura que ocupan o se imponen al territorio. En esta aproximación artística al paisaje se denota un intento de superar las definiciones formales, propias de los historiadores del arte, y las clasificaciones temáticas. El libro trata de proponer relaciones entre arte, arquitectura y paisaje, intercambiando sugerencias y recursos de estas tres disciplinas. Junto con el de Francesco Careri, es el libro más sugerente.

En Los mismos paisajes. Ideas e interpretaciones, Teresa Galí-Izard hilvana una serie de anécdotas y ocurrencias sobre jardinería y paisaje de forma asistemática, caprichosa y, en ocasiones, poco precisa. Renunciando a cualquier pretensión ensayista, el libro parece más una selección de lo que en periodismo se llama ‘breves’, que hubiera sido tomada de alguna revista femenina.

El último de los libros aparecido hasta ahora, de Ilka y Andreas Ruby, lleva por título Groundscapes. El reencuentro con el suelo en la arquitectura contemporánea. Es un catálogo, en forma de fichas, de edificios y proyectos actuales que se apoyan o tocan el suelo de diferente manera. La mayoría de ellos, sin embargo, no aportan nada sobre la idea de paisaje y algunos no soportarían desde la teoría paisajista la crítica más benévola, ya que, con independencia de cuál sea la relación física de sus cimientos con el terreno, siguen ignorando el lugar y el paisaje para mostrarse a sí mismos como hitos autocomplacientes.

Los libros están muy bien maquetados, con profusión de ilustraciones, planos y esquemas, su formato es atractivo, con despieces y fichas independientes que se resuelven con textos breves, lo que hace que su lectura resulte fácil, haciéndolos muy adecuados para aquellos que huyen de narraciones extensas y de tediosas argumentaciones teóricas, pero, la ausencia de sentido crítico, tanto en la elección de ejemplos como en los datos ofrecidos, conduce, en general, a generar una imagen frívola del paisaje.


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