Catálogo de calamidades en el parque del Retiro
Estanques vacíos, monumentos deteriorados y solo un punto informativo. La mejora de los jardines madrileños sigue pendiente seis meses después de su declaración como Patrimonio Mundial.
La nobleza se pensaba victoriosa. Durante el verano, lo celebraba con largos paseos por unos Jardines del Buen Retiro que estallaban en mil colores. El populacho tenía entonces la oportunidad hasta de oler a la alta sociedad madrileña. “Por ahí va en coche el marqués de San Felices, esas son las damas de la reina”. Instantes que parecían acortar las distancias de clase y que solo una contundente revolución logró interrumpir. La Gloriosa había triunfado, Isabel II marchó al exilio y con ella se fueron las viejas prerrogativas de la camarilla real. Encargado de administrar los bienes borbónicos, el gobierno provisional regaló en 1868 el parque al pueblo de la capital. El Ayuntamiento de Madrid es por ello propietario del Retiro y responsable de sus deficiencias. Esas que ni siquiera ha logrado solventar la declaración como Patrimonio Mundial, concedida el 25 de julio del año pasado por su innegable valor histórico como primer jardín interclasista...
El País: Catálogo de calamidades en el parque del Retiro