El 23 de junio abrió sus puertas en Santander el Centro Botín, el espacio expositivo más importante de la capital cántabra y nuevo hito de la cornisa icónica que, desde la Ciudad de la Cultura de Santiago, pasando por el Centro Niemeyer de Avilés, se extiende hasta el Museo Guggenheim de Bilbao. El acto de inauguración contó con la presencia de los reyes, el presidente autonómico y miembros destacados de la familia Botín —entre ellos, Ana, presidenta del Grupo Santander y Javier, presidente de la Fundación Botín—, así como del arquitecto Renzo Piano y su socio local, Luis Vidal.
Nacido por iniciativa de Emilio Botín, el Centro Botín es un nuevo ico-no para el arte, la cultura y la educación. Pero también es la pieza central de una ambiciosa operación urbanística que ha ampliado hasta el Cantábrico los Jardines de Pereda gracias al soterramiento de la carretera que separaba a estos del mar. Recubierto con 280.000 escamas cerámicas, el edificio se levanta, por un lado, de los terrenos de la vieja dársena, y, por el otro, se adentra en voladizo en las aguas: una implantación que hace posible que los ciudadanos puedan disfrutar de un paisaje marítimo antes descuidado.
Desde el punto de vista artístico, el Centro Botín se completa con un conjunto de piezas diseñadas por la escultora Cristina Iglesias, que se extienden por el entorno del edificio acompañando a una instalación luminosa de Carsten Höller, al cual se dedica una de las exposiciones inaugurales del Centro, primera muestra monográfica del artista en España.