Aunque el concurso todavía no se ha fallado, se conocen ya las cuatro propuestas para la reforma del Estadio Santiago Bernabéu, proyectadas por arquitectos que, habida cuenta del encargo, no podían ser sino ‘galácticos’.
Como muestran las imágenes de las maquetas, el equipo formado por Herzog & de Meuron y Rafael Moneo propone revestir el edificio preexistente con un cortinaje delicado y etéreo que contrasta con una cubierta ingrávida y una marquesina-terraza de perfil cóncavo.
Por su parte, el proyecto de Norman Foster y Rafael de La-Hoz reorganiza el perímetro del estadio con una serie de plataformas anulares de gran transparencia visual, rematadas por una terraza-mirador y una espectacular visera que refleja hacia la calle las luces y colores del interior durante los partidos.
En su caso, la propuesta del equipo formado por los británicos Populous —autores del Estadio Olímpico de Londres— y Estudio Lamela —que diseñó la última reforma del coliseo madridista— amplía la huella del edificio, creando una fachada curvilínea coronada por un elegante anillo circular que cierra el perímetro del campo.
Semejante estrategia de ocupación de la parcela disponible con fines de aprovechamiento lucrativo han seguido los alemanes GMP —especialistas en este tipo de dotaciones—junto a L35 y Ribas, que envuelven el conjunto con una asimétrica y expresiva piel de titanio.
Una vez seleccionado el ganador, está previsto que se redacte de inmediato el proyecto de ejecución, pues se pretende que el estadio esté terminado en 2016, concluyendo con ello una compleja operación financiera que, gracias a una modificación del PGOU de la ciudad y a una permuta de terrenos entre el Ayuntamiento y el Real Madrid, permitirá incorporar al estadio un nuevo centro de ocio de 12.250 metros cuadrados de edificabilidad.