Un año después del lanzamiento del concurso internacional para el proyecto de la nueva sede en Madrid del BBVA, su presidente, Francisco González, presentó como propuesta ganadora la desarrollada por el equipo de Herzog y de Meuron. Los suizos se impusieron así a Zaha Hadid, última finalista del grupo inicialmente convocado del que formaban parte también César Pelli con Ortiz & León, el Estudio Lamela y Rafael de La-Hoz (véase AV Proyectos 29). Resumido por los autores como «una alfombra, una plaza y un edificio en altura», el proyecto reparte sus 100.000 metros cuadrados entre construcciones lineales de tres alturas con jardines entre ellas y una torre de 99 metros con forma de disco hincado en el terreno, alrededor de la cual se abre la plaza arbolada. La tipología extensiva y a ras de suelo de las oficinas, así como la presencia de arbolado, crean un entorno agradable para el trabajo. Además, en cumplimiento del principio de responsabilidad corporativa de la entidad, el conjunto se compromete a obtener la certificación LEED, la más exigente en cuanto a ecoeficiencia. La ciudad financiera se levantará, si se cumplen las previsiones, en 2011, en el barrio de Las Tablas, al norte de la capital, sobre terrenos canjeados a la inmobiliaria GMP por cuatro edificios del BBVA, entre ellos, la torre de Oíza.