Oriol Bohigas

Un espectáculo espacial impresionante, una gran calidad ambiental, una fluencia escultórica que asimila todas las culturas formales de la modernidad.

Un volumen muy bien implantado, que se integra en el desorden del entorno y en la violencia paisajística, estableciendo un nuevo orden jerarquizado por el propio edificio. Una textura metálica que subraya la integración y la jerarquía.

Unas salsas de exposición según una doble fluencia funcional: la serie de salas ortogonales que permiten unas instalaciones autónomas respecto a la forma arquitectónica, que sólo se hace presente por el juego de la luz; y unas salsa cuya expresión espacial sugiere montajes particularizados... [+]