En El Aleph, Borges habla de un lugar («una pequeña esfera tornasolada, de casi intolerable fulgor») que permite ver los demás lugares desde todas las perspectivas. Las Vegas es también, desde otros puntos de vista, ese espacio cósmico desde el que pueden reconocerse algunos aspectos del nuevo capitalismo de ficción y entender, a través de lo que ha evolucionado la ciudad, el Estados Unidos posmoderno, la última metamorfosis del sistema.

Las Vegas no se encuentra, simbólicamente, en ningún lugar determinado. Carece del arraigo que la trabaría a un entorno marcado o de la pesantez documental que la ataría a la historia. Nació como un artificio en el área desmarcada de un desierto y se comporta, desde entonces, con la liviandad de un espejismo. Parece no pertenecer a este mundo constituyendo a la vez lo más mundano. Y es lo mas evanescente siendo lo más proteico que se pueda dar. En Las Vegas se mezcla prácticamente todo: hay fragmentos del pasado y del supuesto porvenir, muestras de Oriente y de Occidente, murales kitsch y cuadros de Van Gogh, una edificación del Guggenheim y otra del bazar de Estambul, una figuración de los canales de Venecia y el Empire State, el Etna en erupción, el templo de Luxor y la bahía de Mandalat... [+]


Included Tags: