Si usted tiene un gnomo, vaya con cuidado. El Frente de Liberación de los Gnomos de Jardín lleva más de un año actuando en Francia, y es sólo cuestión de tiempo el que se extienda a nuestro país. En los bosques galos vienen apareciendo periódicamente grupos de alrededor del centenar de gnomos liberados de su reclusión doméstica y ornamental; según informa The Economist, el presidente suizo de la Asociación Internacional para la Protección de los Gnomos de Jardín ha exigido la intervención de la justicia, y cuatro estudiantes franceses están actualmente procesados por la sustracción de 134 gnomos y dos Blancanieves de plástico. Pero la guerrilla estética y jocosa del Frente cuenta con simpatías: los enanos de jardín son un símbolo de nuestra colonización emocional por la cursilería sonriente de la infancia temática. En la admirable y divertida película británica The Full Monty, los metalúrgicos en paro establecen una relación de camaradería con su igualmente desempleado supervisor a través del gnomo ridículo de su jardín pequeñoburgués, robado primero por el grupo de amigos y destruido finalmente en lo que viene a ser un signo de ruptura con las convenciones almibaradas de ese entorno físico y social…