¿Cómo se puede representar la mente sin recurrir a su manifestación física? El proyecto se ha desarrollado partir de la diferenciación entre el cerebro y los complejos mecanismos de la consciencia que alberga, de forma que el pabellón, configurado como una sucesión de superficies continuas plegadas, sería ese órgano vital, una presencia material que remite a la abstracción de los procesos mentales impresionando la retina del visitante e invitándolo a sacar sus propias conclusiones. Distintos artistas (entre ellos Richard Deacon y Ron Mueck) han colaborado con el estudio en el diseño de los contenidos, que yuxtaponen evocación y explicación en un recorrido de ascensión y descenso, doblado sobre sí mismo. Y la singularidad del contenido debía tener su correspondencia en los materiales empleados en la fabricación del contenedor, que son de carácter sintético para expresar su pertenencia al presente y al futuro. Ligeras y translúcidas, las planchas de fibra de vidrio sobre armadura alveolada de aluminio que revisten la estructura de acero refuerzan la sensación de continuidad espacial, permiten la comunicación visual entre los distintos ámbitos y reflejan el caracter efímero de una exposición cuyo tiempo de vida es un año, y cuyo objetivo ha sido explorar los límites donde lo abstracto sólo puede alcanzarse a través de lo tangible...
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