Los cuatro muros de hormigón que rodean la villa Além se ocultan de cualquier mirada ajena entre los alcornoques de un frondoso bosque, en un paraje recóndito de la región portuguesa del Alentejo, a 10 kilómetros de la costa atlántica. El clima de la zona donde se sitúa el edificio, templado y seco, sirve como pretexto para generar este sólido perímetro exterior, que alcanza hasta 5,5 metros de altura y que se pliega para proporcionar sombra y protección frente al viento; al tiempo que cumple la función de albergar un jardín ortogonal interior que regula la temperatura y humedece el aire. En el centro de este gran jardín, una lámina de agua longitudinal marca la dirección del eje de simetría del conjunto. La vivienda se construye, al igual que los muros exteriores, utilizando hormigón in situ de tono rojizo; y se emplaza, como un elemento secundario, en uno de los cuatro frentes de la parcela, al borde del extremo sur de la piscina. En el austero interior, tras una pared curva que separa el salón del resto de los espacios, se esconden las estancias que, como los dormitorios, tienen un carácter más privado.