Torre Hearst, Nueva York
Norman Foster 


La torre hearst revive el sueño de William Randolph Hearst, el magnate de prensa que imaginó Columbus Circle como el nuevo distrito de las comunicaciones de Manhattan. En 1920, Hearst encargó al vienés Joseph Urban un bloque estilo art déco en la Octava Avenida, que a pesar de tener sólo seis plantas anticipaba la posibilidad de convertirse en la base de una torre mucho más alta.

El nuevo volumen de vidrio se alza sobre el viejo edificio hasta alcanzar una altura de 44 plantas. Estableciendo un diálogo creativo entre lo antiguo y lo nuevo, un friso transparente enlaza las dos estructuras, provocando la impresión de que la torre flota sin peso sobre la base.

Tras una entrada comprimida a nivel de calle, se asciende a través de escaleras mecánicas hasta el corazón espacial del edificio, un gran vestíbulo que ocupa toda la superficie del antiguo volumen. Los muros de mampostería existentes que rodean este espectacular espacio recuerdan, por su tono y textura, a la fachada exterior, generando la sensación de estar en un lugar urbano. Como una bulliciosa plaza pública, el vestíbulo proporciona acceso a todas las partes del edificio e incluye una cafetería, un auditorio, salas de exposición y entreplantas con espacio para reuniones y eventos.

La estructura se basa en el sistema ‘diagrid’, una retícula triangulada que utiliza un veinte por ciento menos de acero que la solución ortogonal convencional. Este armazón estructural condiciona de forma directa la imagen exterior de la torre. A partir de un volumen paralilepípedo básico, se recorta el espacio que queda entre los perfiles diagonales de las esquinas, generando una silueta escultórica que rompe la monotonía del skyline de Manhattan.

El edificio también destaca en términos medioambientales. Fue construido usando un 85 por ciento de acero reciclado, sus instalaciones de aire acondicionado y calefacción utilizan aire exterior durante nueve meses del año y consume un veinticinco por ciento menos de energía que un edificio equivalente. Como resultado, la torre Hearst fue el primer bloque de oficinas en Manhattan que consiguió la calificación oro otorgada por el programa LEED (Leadership in Energy and Environmental Design). Junto a las escaleras de acceso, una cascada, que fluye sobre peldaños de vidrio, utiliza agua de lluvia para enfriar el atrio en verano y humidificarlo en invierno. En el frente principal del núcleo de ascensores, un mural de Richard Long pintado a mano con barro de los ríos Avon y Hudson utiliza la metáfora del río como un símbolo del movimiento y la vida. 


Cliente Client

Hearst Corporation

Arquitecto Architect

Foster + Partners

Colaboradores Collaborators

Adamson Associates

Consultores Consultants

The Cantor Seinuk Group (estructura structural engineering); Turner Construction (aparejador quantity surveyor); Flack & Kurtz (instalaciones M+E Engineering); George Sexton and Associates (iluminación lighting engineering); Higgins and Quasbarthm, VDA, Cerami, Ira Beer Assocates, Steven Winter Asssociates, Tishman Speyer Properties, Cricursa

Fotos Photos

Nigel Young / Foster + Partners; Chuck Choi; Roland Halbe; ALBUM/View Pictures/Edmund Sumner