Anna Noguera y José Javier Fernández Ponce son los autores de esta intervención que incluye nuevas instalaciones deportivas para el barrio barcelonés de Turó de la Peira y la ordenación del interior de una de sus manzanas. Los equipamientos se reúnen en un edificio empotrado en el terreno, salvando el desnivel existente entre dos calles. Su fachada urbana con un porche en esquina mira a la calle Sant Iscle, mientras que una galería cubierta de vegetación dialoga con el jardín.

La pista polideportiva está situada en la primera planta, iluminada por la luz natural que accede por las ventanas y los lucernarios monitorizados con sensores para garantizar la correcta ventilación cruzada. La piscina está semienterrada en la pendiente de la parcela, aquí un sistema de aerotermia produce el agua caliente y la climatización.

La construcción se realiza con piezas prefabricadas de madera laminada, material que predomina en los interiores. El volumen compacto incorpora además un sistema de recogida de aguas pluviales y placas fotovoltaicas que generan el 90 % de la energía necesaria para el edificio.