El zoo de Vincennes fue uno de los primeros en renunciar a las jaulas para presentar a los animales en hábitats abiertos. Tras pasar años cerrado, ahora ha vuelto a abrir su puertas, completamente renovado y rebautizado como Parque Zoológico de París.

El proyecto parte de una idea fundamental: en lugar de oponer la arquitectura de los humanos a la de los animales, el zoo es el resultado de crear un lenguaje compartido por ambas. Así, los principios de diseño empleados en los aviarios son los mismos que definen la entrada de visitantes y los refugios para los pequeños mamíferos. A esto se suma una serie de decisiones generales que atañen al conjunto de las instalaciones: de un lado, el uso de una doble piel que responde a las necesidades los animales al tiempo que camufla los distintos hábitats y hace de los diferentes pabellones estructuras formalmente amorfas que se disuelven en el paisaje; del otro, el empleo de pantallas de vigas de madera, que cubren la mayor parte de los nuevos edificios del zoo. Tanto las dobles pieles como las pantallas son independientes de las capas interiores de fachada, que acogen el aislamiento térmico, la impermeabilización y el resto de hojas requeridas por las funciones de los distintos hábitats: desde la de los aviarios hasta el espacio de jirafas, pasando por el ecosistema contenido en un gran invernadero tropical... [+]