Palacio de Justicia, Nantes
Jean Nouvel 


Situado en la punta oeste de la Île Sainte Anne, un enclave de 350 hectáreas entre los dos brazos del Loira a su paso por la ciudad, el nuevo Palacio de Justicia se enfrenta a las arquitecturas históricas del Quai de la Fosse, a las que quedará unido por un puente levadizo diseñado por Bernard y Clotilde Barto. Al levantarse al borde del río, en terrenos degradados y en otro tiempo ocupados por tinglados industriales y astilleros hoy obsoletos, es directamente visible desde la orilla opuesta. 

El edificio se caracteriza por su forma ortogonal, fragmentada en volúmenes rectangulares; y su lectura se efectúa siguiendo tres secuencias de norte a sur: el pórtico en suave pendiente hacia el río, la envolvente del palacio y el jardín. Una retícula de 8,10 x 8,10 metros pauta el proyecto. La ocupación del suelo dibuja un rectángulo de 113, 4 (este-oeste) x 81 metros (norte-sur). 

La construcción se eleva sobre un zócalo mineral, de hormigón anclado en la roca dura a 24 metros de profundidad, al que se accede por una rampa y que alberga el aparcamiento y las instalaciones. El pórtico exterior conduce al peatón hacia el gran vestíbulo de la Sala de Pasos Perdidos. Este espacio expresa la solemnidad de la justicia por su carácter transparente, su claridad y su sereno equilibrio. El cerramiento vítreo debe aparecer ‘invisible’, sin perjudicar la simplicidad de la trama que gobierna el edificio. El vidrio da la impresión de extenderse al suelo del pórtico, tratado en continuidad con el revestimiento pétreo del interior, de granito negro pulido. 

Una carcasa con vigas Vierendel de gran canto cubre los volúmenes cúbicos de las tres cajas que contienen las salas de audiencia y los despachos de apoyo para éstas. Dichos volúmenes aparecen exteriormente opacos, pero se iluminan cenitalmente. Sus fachadas de contrachapado se han labrado con motivos cuadrados; frases como «La libertad es el derecho de hacer todo lo que las leyes permiten», de Montesquieu, o «Es el deber el que crea el derecho, y no el derecho el que crea el deber», de Chateaubriand, aparecen impresas en el vidrio a la altura de los ojos; y los ventanales del sur dan al jardín. Una pantalla de paneles metálicos enrejados asegura la protección solar. 

El forjado del nivel 4 difiere de la estructura de los niveles inferiores en razón de sus materiales de construcción y de su sistema estructural, que debía salvar distancias entre apoyos relativamente importantes. Así, el hormigón deja lugar a una carpintería metálica constituida por una cuadrícula de pilares de una planta de altura y por una rejilla de pilares secundarios. Las bandas de oficinas sede del Tribunal de Primera Instancia se puntuan con patios ajardinados con arbustos y lucernarios que favorecen la entrada de luz a la Sala de Pasos Perdidos. En la banda norte, las oficinas más representativas abren sobre una terraza panorámica. El rojo del interior de las salas de audiencia y las letras doradas de los despachos de magistrados y funcionarios ofrecen un acusado contraste con el gris antracita que domina en todo el edificio. 

Ensayo de objetivación
En la arquitectura oficial, el poder se representa. Una ciudad judicial es una representación del poder de la justicia. La imagen de la justicia es aquí el motivo; en términos de simbología y de carácter, la imagen de los edificios públicos es una herencia de signos que no puede ser trastocada sin riesgos. La arquitectura que se propone aquí esla actualización de esa imagen. Se ha intentado justamente definir con justicia una arquitectura justa. Después, una lectura detenida, desde la ciudad frente a la otra ribera al detalle de los espacios interiores, pasando por la inevitable fachada. Éste es un ensayo de composición arquitectónica, de objetivación. En el paso de sentido de las palabras a los signos construidos —en torno a las nociones de lo justo, de equidad, de equilibrio, de dignidad, de carácter—, la definición de estas palabras se cruza con otros vocablos, con otros conceptos. Así se somete la pertinencia del proyecto —que ha pasado por los tamices sucesivos de estas significaciones superpuestas— a juicio de los ciudadanos...[+]


Obra
Palacio de Justicia, Nantes. 

Cliente
Ministerio de Justicia. 

Arquitecto
Jean Nouvel. 

Colaboradores
Hubert Tonka (consejero adjunto); Isabelle Guillauic (jefe de proyecto), Jean Pierre Bouanha, Anne Favry, Hafid Rakem, Gaston Tolila (arquitectos); Jenny Holzer (1% artístico); Ove Arup (ingeniería), Isateg, Cabinet Casso, DYA (fachadas), JP Lamoureux (acústica), CEP (control técnico). 

Fotos
Philippe Ruault, Olivier Wogenscky.