En su 15ª edición, el pabellón de verano que la Galería Serpentine patrocina en los Kensington Gardens de Londres propone una relación con la arquitectura basada en conceptos universales como la estructura, la luz, la ligereza, la transparencia, los sombras, el cambio, la forma, el color o los materiales. Todos ellos se aparejan para inducir en el visitante una experiencia perceptiva lúdica, sostenida en las sorpresas que produce el recorrido a través del pabellón.

Desde el punto de vista metafórico, la pieza evoca una crisálida cuyas formas orgánicas resuenan con las de los árboles del entorno, pero también sugiere la idea de un túnel excavado y continuo, como los del mítico tube londinense, por donde fluyen constamente las personas. Partiendo de estas premisas, el edificio adopta la forma de un aspa o de un cromosoma X cuyos cuatro brazos, abiertos al exterior, animan a los visitantes a introducirse en un interior bulboso y translúcido, y comenzar su paseo arquitectónico recorriendo unas galerías de altura y ancho variable, que se juntan en el corazón del pabellón: una sala más amplia donde la gente se reúne o toma un café.

Constructivamente, la pieza se asemeja a una gran tienda de campaña, ligera y textil, y, al igual que las tiendas, está compuesta por una densa trama de perfiles metálicos con diferentes curvaturas, que sostienen una doble piel ventilada en su interior. Esta piel está formada por dos hojas de ETFE (Etileno-TetraFluoroEtileno), un material plástico muy resistente a los rayos ultravioleta y a los cambios bruscos de temperatura. Con distintos niveles de transparencia y en una gama muy amplia de colores, las láminas de ETFE, desplegadas como textiles o bien dispuestas en tiras como si fueran los hilos de una telaraña, se adaptan sin dificultades a la forma orgánica replanteada por la estructura metálica, para generar el sorprendente juego de atmósferas que define el espacio interior del pabellón.