Una primera discusión de este proyecto residencial en el marco del plan general diseñado por Jo Coenen condujo a sugerir la fragmentación de lo que era una estructura lineal continua. De la aceptación de esa propuesta resultó la partición del proyecto en tres edificios, respetando en lo esencial los volúmenes y alineaciones previamente establecidos. 

Al principio se abordaron todos los edificios —una pieza rectangular de cuatro plantas en el norte del solar; el bloque lineal curvo de seis plantas paralelo a la avenida; y la torre de 17 alturas en el vértice noroeste— simultáneamente, pero la torre acabó aplazándose; los otros dos se construyeron entre 1995 y 1996. Lo más difícil ha sido, sin duda, desarrollar el proyecto en altura. Además de las dos plantas de oficinas, el programa inicial integraba un número considerable de tipos de vivienda distintos, por lo que el perfil de la torre —de planta cuadrada, con las viviendas en T alrededor de escalera y ascensores (véase AV 40)—variaba verticalmente con la reducción progresiva del perímetro de las plantas. Se pensó también en un revestimiento cerámico de color verde seco. Del lado de la avenida su volumen se aligeraba con balcones, que contrastaban con la imagen masiva de la fachada norte. 

Pero después se redujo el número de variantes tipológicas previstas, y de esta decisión resultó la práctica repetición de la planta (con cuatro modalidades distintas de vivienda y el ático) en el desarrollo vertical del edificio. Con todo, el apoyo de los promotores fue un estimuló para acabar dándole a la torre una calidad especial por su condición de edificio de referencia, su implantación y su volumen. Finalmente se pensó en utilizar zinc y mármol de Thassos para cada una de las dos subdivisiones del cuerpo adoptadas, siendo el basamento de mármol y piedra cenicienta. El incremento del volumen que suponía la nueva envolvente demandaba un aumento de altura que no estaba permitido, pero la solución de contraste acentúa su verticalidad...[+]