La tristemente famosa plaza de Tiananmen cuenta con dos edificios de gran volumen, enfrentados uno a otro. En el lado oeste se encuentra el conocido como Gran Salón Popular, mientras que, en el lado este, se aborda la rehabilitación de dos viejos museos (el de Historia China y el Revolucionario) que quedarán unificados en el futuro Museo Nacional de China. La intervención respeta el orden gigante de las columnas de la fachada existente y hace desaparecer un volumen central de entrada que, tras la unificación, carece de sentido. La cubierta, que coincide con el espacio central y que apenas sobresale del conjunto, constituye la imagen fundamental del edificio. Su perfil afilado, revestido de bronce como las estatuas que alberga, contará con un acabado dorado y brillante en la cara interior, que es visible desde la plaza, mientras que, en la cara exterior, el acabado será mate y más oscuro, para evitar cualquier confusión con los tejados dorados de la Ciudad Prohibida.

Este nuevo espacio se concibe como prolongación de la plaza y, su cubierta, perforada por múltiples lucernarios a modo de patios, se apoya en once monumentales núcleos de comunicación rojos que conforman la estructura y atraviesan el espacio. Tres auditorios exentos se añaden en la parte norte... [+]