Además de separar las antiguas dependencias imperiales del resto de la ciudad, el prestigioso bulevar de Chang An sirve como escaparate para los principales agentes de la vida económica, política y cultural de China. En este contexto de exhibición y competición icónica, la editorial Beijing Xinhua ha decidido renovar su edificio más emblemático, una Casa del Libro de 50.000 metros cuadrados situada en la parte este de la Plaza Cultural, la segunda plaza más grande del bulevar después de la de Tianamen. Dada la vertiginosa transformación que ha sufrido China en los últimos años, el edificio construido en 1998 se ha quedado obsoleto tan solo cinco años después de su inauguración. El nuevo proyecto pretende, por tanto, la ampliación de su superficie utilizando un solar anejo y, sobre todo, la adaptación de lo existente a la actualidad.

Para competir con la imagen prominente de los edificios circundantes, esta librería con aspecto de templo precolombino se configura como una mesa cuyas patas sobredimensionadas apoyan en cada una de las esquinas del nuevo solar. Entre ellas, dos enormes aperturas oblicuas permiten, por medio de unas escalinatas, el acceso de los visitantes al interior. La circulación propuesta permite cruzar el edificio a través de un gran espacio de distribución que da acceso a las diversas dependencias del extenso programa, entre las que se encuentran el club de lectores, una sala multifuncional, la zona de cine y televisión y una sala de conferencias. Este espacio de distribución perfora la masa del edificio y se sitúa dos plantas por encima del nivel de la calle —una especie de plinto— y bajo otras tres plantas. Su interior, iluminado cenitalmente, funciona como una galería comercial que permite acoger multitud de iniciativas temporales e itinerantes propias del mundo editorial como mercados de libros, sesiones de firmas por parte de los autores, promociones y lecturas públicas de nuevas ediciones.

Después de diversos estudios se decidió la colocación de las estanterías en la fachada a modo de revestimiento animado. Dichas estanterías, formadas por bloques de resina rellenos de vidrio prensado, dotan al edificio de una presencia cambiante que se sirve del colorido de los propios libros y que va de la opacidad que se aprecia desde algunos ángulos a la casi total transparencia que revela su vista frontal. Tres plantas de aparcamiento situadas bajo rasante aportan la solidez —tanto estructural como funcional— necesaria para el funcionamiento del conjunto y sirven como base subterránea para la parte inferior del edificio cuya apariencia primitiva no desentona en la vorágine formal del bulevar... [+]