Monasterio, Novy Dvur
John Pawson 


A comienzos de los años noventa diez jóvenes abandonaron la hoy desaparecida Checoslovaquia para seguir sus convicciones religiosas y entrar en la abadía cisterciense de Sept-Fons, en Borgoña. A finales de esa misma década, el considerable aumento del número de monjes checos y la nueva situación política de su país de origen les permitió regresar y fundar un nuevo monasterio cisterciense en Novy Dvur, una pequeña localidad al oeste de Praga que hoy constituye el primer convento edificado en el nuevo país tras el cese del comunismo y la rehabilitación de esta orden.

El nuevo monasterio se ha construido en una antigua finca de 100 hectáreas sensiblemente inclinada, respetando la configuración inicial en torno al patio de una casa señorial barroca. Tras restaurar la mayor parte de la casa solariega y demoler dos graneros para construir la nueva iglesia, se añade un corredor perimetral en tres de sus lados, creándose un claustro. La casi total transparencia hacia el jardín interior de este espacio contrasta con el gran hermetismo del exterior. El edificio rehabilitado alberga en su planta baja las dependencias administrativas, el refectorio y la cocina, y en su planta alta parte del noviciado, conformando dos de los cuatro lados del claustro. La nueva iglesia, cuya forma longitudinal se integra perfectamente en la misma crujía que todo el conjunto, y un ala construida sobre los restos de la antigua casa para acoger el scriptorium, la sala capitular y la sacristía, completan el conjunto monástico.

En el nuevo templo, como en las iglesias cistercienses del medievo, la manipulación de la luz constituye la cualidad esencial del espacio. Un halo luminoso procedente de lucernarios perimetrales envuelve completamente la nave, haciéndose más ancho y más alto a ambos lados del presbiterio. Su presencia, que se adivina en cada una de las franjas practicadas en los muros laterales, permite iluminar con luz difusa toda la iglesia. Tras el altar, un ábside semicircular de gran altura sobresale por la esquina este del claustro y constituye el único elemento en planta que alude con claridad a la función religiosa del conjunto. En su interior, una escalinata salva el desnivel entre el terreno y la cota del claustro, produciendo la sensación de que el altar flota. Un patio a modo de vestíbulo se sitúa a los pies de la iglesia, evitando así, con un vacío, la materialización dramática de la junta entre lo viejo y lo nuevo y haciendo confluir ambos edificios con la misma facilidad con la que se han integrado la austeridad teológica de la arquitectura cisterciense y la voluntad estética de la modernidad de mínimos... [+]


Cliente Client

Orden Cisterciense

Arquitecto Architect

John Pawson

Colaboradores Collaborators

Jan Soukup (arquitecto de la ejecución executive architect); Vishwa Kaushal, Pierre Saalburg, Stephane Orsolini, Antonin Svehla

Fotos Photos

Pawson Office; Richard Glover/View; Richard Davies; Stepan Bartos