La Pirámide de Tirana, construida en 1988 como museo dedicado al dictador comunista Enver Hoxha, ha sido transformada en un centro cultural por la firma de Rotterdam MVRDV. En el corazón de la capital albanesa se ha inaugurado el conjunto reutilizando la estructura de hormigón, abierta a un nuevo parque, donde una serie de cajas de colores diseminadas dentro y alrededor del edificio original albergan cafeterías, estudios, talleres, oficinas y aulas para programas educativos. Se han añadido escaleras a las fachadas inclinadas de la construcción, que conducen a la cima para disfrutar de las vistas de la ciudad.

La Pirámide de Tirana ha sido utilizada como club nocturno, centro de radiodifusión y, durante la guerra de Kosovo de 1999, como base de la OTAN. Un estudio publicado en 2015 mostró que la mayoría de los albaneses se oponían a demoler el edificio. Para muchos de ellos, este monolito de hormigón es un símbolo de victoria sobre el régimen. La construcción más cara que el Estado comunista había realizado en una época en que la oprimida población albanesa vivía en la pobreza, ahora se ha convertido en un monumento para pueblo. La modificación de la Pirámide muestra cómo se puede adecuar un edificio a una nueva era, preservando al mismo tiempo su compleja historia.