En un paisaje bucólico, con casas tradicionales a dos aguas y abundante verde tapizando las laderas, la asociación de músicos de la localidad de Zwisschenwasser decidió construir una caja de madera en la que reunirse para ensayar. El encargo se centró en el diseño del edificio y en las instrucciones con las que levantarlo, puesto que fueron los propios integrantes de la agrupación quienes acometieron su construcción. Como un elemento más de este entorno salpicado de piezas singulares —la iglesia, el colegio, alguna vivienda— el nuevo volumen manifiesta su condición de estuche musical a través de su fachada abstracta y monomatérica.

Dos plantas casi cuadradas dan cuenta del programa. La inferior aloja la cocina-comedor, los servicios y el vestuario; la superior, la sala de ensayos propiamente dicha. El acceso, a un nivel intermedio, permanece separado de ambos ambientes por medio de la escalera, consiguiendo así que el ambiente de concentración requerido no quede perturbado. Leves deformaciones desdibujan el cubo según su interacción con el exterior y su funcionamiento interior: un pequeño vestíbulo de entrada emerge en el costado oriental, tres ventanas asoman a modo de lentes ópticas para enfocar los puntos singulares del paisaje en todas las caras a excepción de la fachada oeste, y un lucernario se abre paso en el aula de ensayo para llevar luz del norte al área de trabajo, iluminando de forma más intensa el pequeño escenario; casi a ras de suelo, un hueco horizontal se alinea con la mesa comunal en el salón comedor, aproximando las texturas y colores del jardín a los músicos en sus ratos de esparcimiento.

Un contrachapado de madera de 21 milímetros de grosor, recortado en paneles de tamaños diversos, reviste exteriormente la caja. Las piezas muestran los nudos, venas y otras imperfecciones de la madera, haciendo que el revestimiento de corte ortogonal aumente la expresividad de la caja con la exposición inalterada de la madera. Los paneles, suministrados por una empresa finlandesa, no han recibido ningún tratamiento especial al margen de una protección contra el agua que garantiza una durabilidad de al menos diez años. El contrachapado constituye la cara exterior de los paneles sándwich —que incorporan protección térmica y acústica en la capa intermedia— y se coloca sobre una estructura de pilares y vigas de madera. Para evitar la reverberación en la sala de ensayos, se ha optado por taladrar puntualmente el contrachapado interior de madera de abedul, y el falso techo se ha curvado para formar una superficie ondulada que mejora las cualidades acústicas del espacio... [+]