Juzgados en Sant Boi de Llobregat
Jordi Badia 

Juzgados en Sant Boi de Llobregat

Jordi Badia 


El edificio debía presidir y cualificar una plaza de nueva creación que, rodeada de edificios públicos y conectada con el centro del casco antiguo de la ciudad a través de una rambla, pretende convertirse en un nuevo polo simbólico que haga contrapeso con la plaza del ayuntamiento. El solar está claramente orientado hacia esta nueva plaza, pues por la parte de atrás las vías del tren cortan cualquier comunicación peatonal. Así, el proyecto abre la sala de espera —que constituye la pieza más representativa del edificio— a este nuevo punto de encuentro. 

La imagen monumental que las grandes lamas otorgan a la fachada sur preside una plaza de nueva creación, y su componente vertical evoca la imagen de los libros que cubren las paredes de los despachos judiciales.

El esquema propuesto organiza el programa a partir de tres barras apoyadas sobre un zócalo, y separadas entre sí mediante tres patios que, a través de grandes lucernarios, iluminan el vestíbulo en planta baja. Este amplio espacio actúa como rótula de todas las piezas de acceso público y sus núcleos de comunicación. El zócalo contiene las salas de vistas, la parte más pública del programa, y las barras superiores las oficinas judiciales, una por cada sala. Cuatro núcleos verticales, situados en las esquinas, garantizan el buen funcionamiento del edificio, sirviendo cada uno de ellos a unas determinadas comunicaciones: público, jueces, personal interno, etcétera. Tanto la sala de matrimonios como el registro civil se abren a la calle posterior, apropiándose de su fachada, entendiendo el papel que ésta juega en la conformación de la fachada urbana y del espacio público.

Una piel continua de lamas de hormigón blanco con distintas separaciones e inclinaciones uniformiza las fachadas; las lamas filtran la visión desde la calle, permitiendo la máxima transparencia desde el interior. 

El volumen exterior, muy simple, configurado a partir de la imagen de las barras dispuestas sobre un zócalo, se desdibuja intencionadamente con la aplicación de una piel continua, uniformizadora, con una componente marcadamente vertical que monumentaliza la pieza. Esta verticalidad se la proporcionan unas grandes lamas de hormigón blanco, que filtran la visión desde el exterior y permiten la máxima transparencia desde el interior. Las lamas se colocan con diferentes separaciones e inclinaciones, lo que otorga un cierto dinamismo al edificio—los juzgados deben parecer vivos, ágiles—, a la vez que permite orientar y encuadrar determinadas visiones del entorno. 

El edificio está formado por tres barras apoyadas sobre un zócalo y separadas entre sí por patios que iluminan el vestíbulo en planta baja; cuatro núcleos verticales en las esquinas organizan las circulaciones.

De esta manera, la imagen de las fachadas va cambiando según la posición del observador: en perspectiva el volumen es opaco y sólido, mientras que al acercarse se va volviendo ligero y transparente —como debe ser la justicia para los ciudadanos—. La utilización de vidrios de co-lores en determinadas partes del edificio sirve para identificar algunos usos del programa y favorece la imagen cambiante de la pieza. En la fachada trasera, la luz del sol se filtra a través de los patios, iluminando las lamas de hormigón desde el interior.


Cliente Client

GISA. Departament de Justicia. Generalitat de Catalunya

Arquitectos Architects

Jordi Badia

Colaboradores Collaborators

Jordi Framis, Rafael Berenjena, Sergi Serrat, Marcos Catalán (arquitectos architects); Francesc Belart (arquitecto técnico quantity surveyor)

Consultures Consultants

Eduard Doce (cálculo estructural structure calculation); Consulting Lluís Duart (instalaciones mechanical engineering)

Contratista Contractor

Frapont (madera woodwork)

Fotos Photos

Duccio Malagamba