Ocupando las huellas de una predecesora demolida en el siglo XVII, la iglesia protestante dedicada a Martin Lutero en Hainburg (Baja Austria) inspira su geometría curva en la sección circular del tejado de un cercano osario románico. Generada mediante sofisticados softwares de control numérico, la cubierta de la iglesia —retorcida, orgánica y semejante a una concha marina o a una formación geológica— se apoya en cuatro patas de sección cuadrada, formando un inesperado baldaquino. En alusión a la Trinidad cristiana, la cubierta está perforada por tres huecos bulbosos por los que se cuela la luz natural. Esta baña plásticamente el espacio de la iglesia, complementando la luz que procede de un ventanal situado tras el altar, que hace las veces de telón en claroscuro de un biombo calado con una gran cruz.

Construida con piezas alabeadas de acero inoxidable de 8 milímetros de espesor, la estructura de cubrición, de 23 toneladas de peso, es autoportante, fue manufacturada por obreros especializados en un astillero del mar Báltico, transportada después a Austria y, finalmente, ensamblada con precisión a pie de obra. Un proceso semejante se siguió en la construcción del campanario de la iglesia: un esbelto cuerpo empotrado en los cimientos de hormigón armado, de 20 metros de altura y 8 toneladas, cuya geometría sugiere la forma de un tótem o la de una visión surrelista.