Estas seis piezas, que entrelazan sus cubiertas inclinadas, buscan el equilibrio entre la cohesión y la intimidad de los cuatro miembros de la familia. Rodeado de vegetación exuberante y con vistas al monte Asama, el refugio se sitúa en la localidad japonesa de Karuizawa, en la prefectura de Nagano. Los techos curvados varían en altura y dirección, dialogando con el entorno circundante, en un terreno montañoso de 5.800 metros cuadrados.

Nendo, con oficinas en Tokio y Milán, distribuye la composición de la residencia de fin de semana a lo largo de una amplia terraza de madera. Cada pieza de aproximadamente 20 metros cuadrados alberga de manera independiente los diferentes usos: cocina, comedor, dormitorios, etc. Los interiores de tonos claros aportan sensación de ligereza y amplitud, mientras que las grandes aberturas permiten disfrutar de vistas ininterrumpidas del bosque circundante.

El conjunto se eleva sobre una plataforma sostenida por columnas negras circulares, para adaptar respetuosamente la arquitectura a la pendiente natural del terreno. La cubierta de madera se extiende hacia el exterior, creando una transición fluida entre el interior y el exterior. El proyecto residencial respeta la privacidad de cada miembro de la familia, al tiempo que fomenta una fuerte sensación de cohesión y unidad bajo un mismo techo.