El nuevo edificio MBA de la École des Hautes Études Commerciales (HEC) se sitúa en el campus de esta prestigiosa escuela cerca de Jouy-en-Josas, a las afueras de París, cuyo diseño original de 1964 había ido desdibujándose con los años, dando lugar a un conjunto desestructurado sin una direccionalidad y un centro claros. El proyecto es la primera de las intervenciones de un plan director de mayor escala que se desarrolla a partir de este edificio. Por ello, además de albergar las instalaciones para el curso MBA, así como los servicios administrativos generales, el edificio debía funcionar como nueva puerta de entrada al complejo educativo, reforzando la imagen de la HEC como una de las escuelas de negocios más prestigiosas de Europa.

Las normas urbanísticas determinaban que debía ser un cuerpo bajo con una cierta distancia de separación respecto a los bordes del solar. En el eje longitudinal, el edificio se fragmenta en una serie de bloques cuya distribución en planta presenta un perfil escalonado. Este gesto enriquece volumétricamente el proyecto y contribuye a definir un espacio público diverso y dinámico frente a la fachada sur. Esta misma variedad se traslada al interior, cuyo exigente programa se organiza en múltiples salas de diferentes tamaños y características. La entrada principal del edificio se realiza a través de un amplio vestíbulo central concebido como un punto de reunión que facilite los encuentros espontáneos y fomente la creatividad, además de responder a las funciones prácticas. En sintonía con esta idea, las esquinas de los prismas escalonados se liberan para poder ser utilizadas como espacios comunitarios de descanso o estudio.

Exteriormente el edificio se cubre con una envolvente continua, que viste un interior heterogéneo con una piel rítmica y unitaria. La paleta de materiales —aluminio para el muro cortina y hormigón visto en el interior— hace referencia a los edificios históricos del campus. La fachada, articulada mediante franjas verticales, está compuesta por módulos sucesivos de 800 y 500 mm, separados por estrechos salientes que aportan profundidad y fuerza plástica a la visión frontal. Las bandas horizontales de aluminio ponen de manifiesto el incremento de la altura libre entre forjados desde la primera hasta la última planta, además de unificar compositivamente el conjunto. La estructura y el cerramiento desempeñan asimismo un papel importante en la eficiencia energética de la construcción: el hormigón expuesto en el interior contribuye a acumular el calor debido a su inercia térmica; mientras que el revestimiento metálico actúa como barrera hacia el exterior.