El del refugio es uno de los grandes temas de la modernidad, desde la choza de Laugier hasta las células de los clusters metabolistas, pasando por los espacios del Existenzminimum, y es en esta genealogía donde cabe situar a Diogene, una casa mínima y autosuficiente que se inspira en el tonel del célebre filósofo cínico, pero también en aquella cabaña existencial donde Thoreau pasó su fructífera temporada entre los bosques.

Con sus 2,5 x 3 metros en planta, sus poco más de 3 metros de altura y su tonelada de peso, Diogene es un lugar de recogimiento que proporciona un mínimo para vivir. Está construido con una estructura de madera revestida de aluminio y se puede transportar en camión hasta el lugar donde vaya a emplazarse. Una vez allí es energéticamente autosuficiente. Por ello su aparente sencillez de cabaña elemental a dos aguas resulta engañosa, ya que la piel y las entrañas de este organismo construido están colonizados con una compleja red de sistemas técnicos: desde células fotovoltaicas y paneles termosolares hasta un triple acristalamiento aislante, pasando por un aljibe, redes de ventilación natural e incluso un retrete ecológico. El interior del módulo está dotado de un programa mínimo: un espacio de estar convertible en dormitorio en la parte delantera, y un núcleo técnico con cocina y aseo en la parte posterior.