Un buque que salía del puerto de Génova, el 17 de mayo de 2013, derribó la torre de control, provocando la muerte de nueve personas. Situada en un nuevo enclave, la nueva torre consta de dos cuerpos. El primero alberga las habitaciones de los prácticos, las oficinas, el aparcamiento y las tiendas; el segundo, la torre y la cabina de control. Un zócalo se apoya sobre el muelle existente, abriéndose a la ciudad y al puerto.

La torre se levanta en continuidad con la fachada norte del zócalo. Está construida con una estructura metálica cuyo lenguaje expresivo entra en resonancia con el de la arquitectura del puerto. La cabina de control está situada a una altura de 59,85 metros sobre el nivel del mar. El conjunto está construido con una estructura metálica que se apoya sobre pilotes hincados a una profundidad de 30 metros, y está conformada por 4 tubos de acero rellenos de hormigón armado, con un diámetro de 323 milímetros, separados entre sí 3,6 metros y conectados transversalmente mediante tubos de acero soldados, que se colocan a intervalos regulares de 3 metros. Completan la trama un conjunto de cruces de San Andrés hechas con tirantes de acero de alta resistencia. El resultado es una estructura extremadamente sólida, pero que se muestra ligera y transparente.